Frankenstein: el monstruo inmortal del miedo eterno.

Frankenstein, un nombre que resuena en la memoria colectiva como sinónimo de terror y misterio, es en realidad el legado de su creador, el doctor Viktor Frankenstein. Desde su concepción en la novela de Mary Shelley, este personaje ha trascendido su tiempo, convirtiéndose en un ícono cultural que desafía épocas e inspiraciones.

Un rápido vistazo a plataformas como TikTok demuestra la persistencia de Frankenstein en la cultura contemporánea: cerca de 62 millones de publicaciones exploran su figura, desde adaptaciones cinematográficas hasta tutoriales de maquillaje para Halloween, reflejando su poder como símbolo de la temporada siniestra.

A más de dos siglos de su publicación, Frankenstein no solo encarna el espíritu del terror y la subcultura gótica, sino que también ha consolidado su estatus como un referente del pop moderno sin fecha de expiración.

Criatura nacida de la tormenta

La tormenta, escenario ideal de las narrativas de terror, especial durante Halloween, también fue el catalizador del genio creativo de Shelley. En un verano suizo de 1816, las lluvias mantuvieron a figuras prominentes como Lord Byron, Percy Shelley y la joven Mary en la Villa Donati, al borde del lago Lemán.

Esas noches de encierro dieron vida a un desafío literario que marcó la historia: la creación de relatos de terror entre amigos, de donde emergió, entre otros, ‘El Vampiro’ de Polidori. Pero la visión de Mary daría a luz a algo aún mayor: una reflexión novedosa sobre ciencia y humanidad en ‘Frankenstein o el moderno Prometeo’ (1818).

El legado de un monstruo sin nombre

Con el tiempo, la novela de Shelley desbordó las páginas para conquistar la pantalla. Desde un cortometraje en 1910 hasta la icónica interpretación de Boris Karloff en 1931, Frankenstein cimentó una imagen que desafía el tiempo, aunque perpetuó la confusión entre el creador y su criatura sin nombre.

Más allá del horror, el relato de Shelley es una profunda meditación sobre los límites de la ciencia, la moralidad humana y el peligro de jugar a ser dios. Este legado, adaptado e interpretado incansablemente en variedades de medios, confirma la vigencia de Frankenstein como un relato esencial sobre la búsqueda de poder y sus consecuencias.

La influencia de Frankenstein ha perneado hasta el cine contemporáneo con adaptaciones que preservan su esencia, como ‘Poor Things’ (2023) o la futura entrega de Guillermo del Toro. Su mística se perpetuará en cada Halloween, reafirmando su reinado en el imaginario del terror, demostrando que los monstruos y las criaturas de nuestra imaginación nunca pasan de moda.

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